"L" Memoria gráfica del Exilio chileno.
1973 - 1989 Imágenes del Exilio. por José Miguel Varas Memoria
de Chile. por Claudio González |
Memoria gráfica del Exilio chileno
1973 - 1989
Un libro de Estela Aguirre y Sonia Chamorro
Iba a ser fácil. Eso me dije cuando me lo pidieron, que sería fácil escribir un prólogo para un libro sobre el exilio chileno. Mal que mal o bien que bien, desde antes del destierro que nos cayó encima como una plaga a partir del golpe de 1973, mi vida había
sido un desarraigo incesante y mi obra literaria una meditación sin fin sobre las pérdidas, los alejamientos y las expatriaciones. Y pensé: esto del exilio ya lo tengo cómodamente digerido, escrito, asimilado, es cosa de hilvanar algunas palabras y listo, ya estamos.
Lo que no esperaba era lo que pasó cuando me puse a leer este texto que ahora, en efecto, estoy prologando. No esperaba sentirme de nuevo sumido en el desamparo de lo que significó la salida de Chile, la tragedia no solo mía sino de un continente, el trauma de no reconocer sílabas,
ni colores, ni colinas, ni el olor de la marraqueta, aquellas noches en que sabía lo que estaba sucediendo en algún sótano del país en ese mismo momento y no había nada que pudiera hacer, nada, absolutamente nada, para detener ese crimen repetible. No estaba preparado
cuando empecé a leer este libro, para que se me llenara la cabeza de una oscura algarabía de recuerdos y dolores; y la verdad es que me es casi imposible ponerme ahora, en este instante, a transcribir algunas ideas compactas acerca de lo que vivimos y lo que aquellas vivencias expresan,
aclaran y exponen sobre la vida nacional y las formas múltiples con que la cultura adentro y afuera creció ante el desafío. Como en los primeros años del exilio, me sentí agarrotado de pronto por el silencio, el peor enemigo del exilado, porque si hemos sobrevivido es
para poder hablar, es para poder escribir, es para poder encarnarnos en representaciones y símbolos, rescatar a la patria prisionera en el arte ya que no era posible, todavía, en la realidad de cada día.
No voy a intentar, por lo tanto, construir el prólogo racional y supuestamente totalizante que yo, tal vez como una manera anticipada de defenderme contra el ramalazo severo del recuerdo, me pedía a mí mismo.
Solo esto, entonces, para este libro necesario, necesario e insuficiente.
Nos mandaron a morir al extranjero
Convertimos esa muerte que deseó para nosotros la dictadura en una pequeña victoria cotidiana.
Lo hicimos pagando un precio que todavía no hemos logrado claramente comprender, que los se quedaron tampoco entienden, que demasiados quieren olvidar. Lo que vivimos -y una parte de ello se encuentra en este libro- forma una zona, al final de cuentas, imborrable de la historia de Chile y también
de la historia del mundo que fuimos enriqueciendo y – por qué no decirlo- conquistando, sí, conquistando a nuestro pesar.
Esa es la verdad: nos mandaron a morir al extranjero y quienes logramos sobrevivir fuimos encontrando una y otra manera de regresar a un país que ya no reconocíamos; regresar en cuerpo, en espíritu, en cuentos, en murmullos, en versos, una repatriación cargada de trastornos
solapados y triunfos a veces más visibles.
De eso se trata ahora.
De transformar el largo exilio individual y colectivo en un retorno aún más perdurable, quizás todavía más creativo
Ariel Dorfman
Prólogo de Ariel Dorfman.
"L" Memoria gráfica del Exilio chileno 1973 - 1989. Un libro de Estela Aguirre y Sonia Chamorro
Ocho Libros Editores
|